LOS ADENTROS DE LA LECHE HUMANA



Se acaba la Semana Mundial de la Lactancia Materna
y siento ganas de hablar de mi experiencia gratificante
como productora de leche,
como portadora y usuaria de tetas,
pequeñas pero eficaces, maravillosas.

Qué y cómo se siente?

Se siente toda una maquinaria
que se pone a trabajar dentro de ti,
experimentas la vida misma
haciéndose más viva, 
latente.

La leche se crea en tus adentros, 
esos creadores magníficos
del nuevo ser humanito que salió de ti. 

Pasa luego a los adentros
de la cría, 
para alimentarlo, mantenerlo vivo, 
e impulsarlo a crecer. 

Con tus ojos y tu alma 
observas
cómo ese ser pequeñito,
continúa haciéndose con
materia pura y palpitante humana.  

Sabes, 
desde tu corazón,
que entre la teta y tu bebé
hay una especie de campo magnético,
es una atracción potente, 
un deseo profundo de estar enchufados.

Sientes, 
desde tu espíritu,
el impulso imparable de compartirte.

Es una delicia, 
     una herramienta, 
     un placer,
es alimento nutritivo 
y alimento amoroso.

Hay unas miradas comunicativas,
profundas,
muy exclusivas entre tú y tu bebé,
existe/se forma
un calorcito único que atesoras 
y que luego extrañas.

Recomiendo la lactancia
por la larga lista de beneficios 
que tiene para la mamá, 
para el bebé y la familia en general,
claro,
pero además porque es una vivencia de transformación,
porque viene de los adentros
y te obliga a ver el mundo de afuera
de tantas otras maneras,
porque te conectas con tu ser animal
natural, instintivo.
Porque te detienes, 
y  entras en una dimensión flotante, sublime,
muy muy bonita.  

Porque te entregas una y otra vez, 
para el otro,
y a su vez, 
ese otro se lo entregas al mundo
con la ilusión
de aportar un poco
a que sea un mundo mejor.

Desde mis adentros lacteos;
Qué viva la teta y tod@s l@s agraciad@s que se alimentan de ella!!









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